sábado, 26 de abril de 2014

Los móviles ya no son sólo móviles

Recientemente, he intentado aconsejar a algunas personas sobre qué móvil o "smartphone" debían comprarse. Hoy en día existen infinidad de opciones en el mercado, sobre todo desde la llegada masiva del sistema operativo Android al mercado, que ha hecho que muchos fabricantes de hardware tuvieran la posibilidad de hacer "smart" (listos) sus "phones" (teléfonos).

Los smartphones derivan de las antiguas PDAs (Personal Digital Assistant), en un mercado en el que dominaban los "tonto-phones", aparatos que sólo servían para llamar por teléfono y jugar a la serpiente (recordad los antiguos Nokia). Las PDAs eran como una especie de ordenador de bolsillo. En aquellos tiempos, las empresas se mataban para fabricar un móvil cada vez más delgado y pequeño y así responder a la exigente demanda de los consumidores, que se habían hecho sensibles a la pequeñez de los móviles. Las PDAs sólo eran para gente "friki", que quería llevar el ordenador encima incluso cuando salía fuera de casa. Un "PDAdder" (o usuario de PDAs) solía llenar sus dos bolsillos de los pantalones: uno con un móvil y el otro con su querida PDA. Yo fui usuario de una PDA. Inicialmente fui muy reacio a tener móvil pero en cambio muy abierto a las PDAs. Sin embargo, pensé que por qué llevar dos aparatos encima que tenían características muy similares. Los dos tenían pantallas y teclados, con los dos se podía jugar a juegos, incluso los dos poseían una cámara de fotos. De hecho, veía más completa la PDA que el móvil. La PDA me permitía conectarme a Internet y navegar, redactar textos, chatear, etc. Lo único que le faltaba era poder hacer llamadas de teléfono.

Qtek 2020i (2004) (PDA+móvil)
Decidí buscar por Internet una PDA con móvil incorporado. Existían distintos dispositivos con estas características. Me decanté por un Qtek 2020i, que valía unos 600 euros. Los pagué y me llegó el aparato a casa. Lo encendí y (a pesar de un pixel muerto en medio del display LCD, es decir, la pantalla) vi su tremendo potencial. Lo tenía todo: wifi, internet móvil, bluetooth, cámara de fotos, reproductor de vídeo y música, etc. Rápidamente me adapté a este nuevo dispositivo. La gente se reía de mi cuando contestaba las llamadas de teléfono con un aparato de unas 3’5 pulgadas de pantalla. Se burlaban por el hecho de estar hablando por teléfono con un aparato tan grande como si de un ordenador portátil se tratase. Era normal, la gente se mataba por tener el móvil más pequeño existente y yo ahora venía presumiendo de un tocho-móvil. Pero me daba rabia que la gente se riera de mí, yo era feliz con mi PDA+móvil.

Disfruté de 4 años de bonanza con aquel aparato. Era como mi media naranja. Cuando me aburría, jugaba a algún juego (Tomb Rider, Age of Empires, etc) o bien chateaba con alguien por el Messenger o navegaba por Internet (no sólo buscando porno). Un día me fui a esquiar. Evidentmente, mi PDA+móvil vino conmigo. La tenía en el bolsillo del anorak, pero por alguna razón me lo dejé abierto. Se cayó y no la volví a ver más. Fue muy triste. Regresé a los viejos tiempos en los que poseía un tonto-móvil pequeño que sólo servía para llamar por teléfono y jugar a la serpiente. Solía soñar por las noches que aún tenía mi PDA+móvil, pero al despertar me daba cuenta de que sólo había sido un sueño. Luego pasó algo en el mundo. En California, un tal Steve Jobs, director de una compañía llamada Apple, que había resucitado de las cenizas con un aparato llamado iPod, presentó otro aparato llamado iPhone. Era un aparato con una pantalla muy grande que permitía jugar a juegos así como enviar correos electrónicos, navegar por Internet, hacer fotografías y además llamar por teléfono como un móvil. Los iPhone se vendieron como churros. El mundo se dividió entre quien tenía un móvil cada vez más pequeño y quien tenía un iPhone cuyo tamaño, similar al de mi antigua PDA+móvil, no parecía importar. La gente llamaba con los iPhones y nadie se quejaba, pues claro, tenían un iPhone y Steve Jobs había dejado claro que era legítimo llamar con eso. Rápidamente hice mi reflexión. El iPhone no dejaba de ser una versión actualizada de mi querida ex PDA+móvil. Si no la hubiera perdido, ¿la gente seguiría mirándome mal por llamar por teléfono con semejante ladrillo? Empecé a plantearme comprar un iPhone. Sería como recuperar mi vieja PDA+móvil. Pero, por aquella época mi economía no era muy buena y el iPhone valía muchísimo (incluso más que mi primera PDA+móvil). Finalmente no me lo compré.

iPhone (2007)
Esperé un año más hasta que un buen día un amigo mío informático, antiguo defensor de las PDAs y de los móviles por separado, me vendió la idea de un nuevo producto: El teléfono móvil con sistema operativo Android. Era un sistema operativo que Google, la compañía del buscador de Internet, hacía poco había comprado a otra empresa y estaba desarrollando. Mi amigo era un firme defensor de Google y su sistema operativo Android. Decía, que Android era de código abierto a diferencia del iPhone que era muy cerrado. A él, como supongo que a todo informático, le gustaba mucho esto del código libre. Era como si una empresa privada, Google, estuviera liderando un movimiento muy libre y abierto. Realmente tenía muy buena pinta. Me enseño su Andorid y todas sus posibilidades. Me gustó y decidí que yo también quería un Android. Esperé un tiempo, buscando cuál era el mejor Android del mercado. Resulta que Google, a parte de su sistema operativo Android, también les decía a las empresas como tenían que ser los dispositivos que llevaban su sistema operativo. Por aquellos tiempos, Google escogió a HTC, la empresa taiwanesa que más aparatos con Android había producido, para que produjera su primer móvil a gusto de Google. A este móvil se le denominó, Nexus One (sí, como en la película Blade Runner). Yo quería el móvil de Google. Pero luego HTC hizo algo un poco indecente. Además de producir el Nexus One, también empezó a producir un clon llamado HTC Desire un poco más barato y mejor. Como soy un consumidor con un bolsillo más bien humilde, reaccioné a tal iniciativa como cualquier consumidor: “el más bonito y barato”, y compré mi HTC Desire. Ya volvía a tener mi querido aparato entre mis manos después de más de un año de haber perdido el primero. Tenía geolocalización por GPS y me decía donde me encontraba en cada instante y cómo ir a cualquier lugar. Además, siguiendo la innovación introducida por el iPhone, no necesitaba ningún estilete para tocar y marcar en la pantalla. El mismo dedo era el estilete. Era claramente una mejora notable. Me olvidé de mi vieja y perdida PDA+móvil.

HTC Desire (2010)
El HTC Desire me enamoró. La gente no me miraba mal cuando hablaba por teléfono a través de él. Supongo que se habían acostumbrado a ver a gente con iPhones haciendo lo mismo. Estaba tan contento con mi nueva PDA+móvil, que empecé hacer lo mismo que hacía mi amigo informático, convencer a la gente para que se comprara uno. Tuve poco éxito, pues me decían que era muy caro para ser un móvil que no fuera iPhone. El tiempo pasó hasta que a las operadoras móviles se les ocurrió algo, vender PDAs+móviles de la misma forma que habían hecho con los móviles, los vendían por unos 50 euros con un contrato de permanencia de 18 (o 24) meses y unas tarifas mensuales de 30 euros (o más). Además les dieron un nombre muy llamativo a tales aparatos: "Smartphone". Era como si los teléfonos que se hubieran vendido hasta entonces fueran tontos. Como a la gente no le gusta que la llamen tonta, la idea coló. Se empezaron a vender smartphones con Android como churros. Los usuarios de iPhone miraban a los recién conversos al mundo de los smartphones como pobres individuos que aspiraban a tener algo como su iPhone. El mundo se dividió entre la gente que tenía iPhones (el "original" decían) y los que tenían un smartphone Android (donde estaba yo). Evidentemente, aún había gente con tonto-móviles a la vieja usanza. Cabe mencionar también que existía un pequeño colectivo de individuos que usaban unos dispositivos que eran una mezcla entre los viejos tonto-phones y los nuevos smartphones. Hablamos de las Blackberries, pero esta es otra discusión.

Otra cosa que impulsó muchísimo la adquisición de un smartphone fue una aplicación, el Whatsapp. Era una aplicación que según los usuarios te permitía enviar SMSs ilimitados gratis, es decir, toda una revolución. Era la excusa ideal para comprar un smartphone. Además los iphoneros y Blackberriers también podían tener tal aplicación, lo cual significaba una especie de unión entre un mundo dividido. En mi opinión el Whatsapp era lo que era, un chat por internet como ya había sido el Messenger, pero en el móvil. Antes del Whatsapp, con mi antigua PDA+móvil, ya había usado el Messenger, y con mi nuevo Android, usaba el Gtalk de Google (ahora Hangouts). Sin embargo, misteriosamente Whatsapp se ganó una posición privilegiada en la mensajería instantánea por Internet móvil. Qué más daba, la gente se estaba comprando smartphones e iba hablando por las calles, dentro de los coches mientras conducía, etc., con sus tocho-móvil como si nadie se diera cuenta de que hubo un tiempo en el que si tu móvil sobresalía un poco más allá de tu mano, es que no tenias dinero para comprarte un móvil más pequeño.

Poco a poco Android fue mejorando y también su competidor iPhone (o debería decirlo al revés?). Llegó un punto en que se vendían más Androids que iPhones en todo el mundo. Los usuarios de iPhone seguían defendiendo sus iPhones como el "original". Estaban convencidos que Android era una copia barata y que Steve Jobs se inventó el smartphone. He de decir, que en la presentación de la cuarta versión del iPhone yo mismo quedé impresionado. Aquel aparato realmente parecía marcar las tendencias del mercado y Android estar simplemente detrás, siguiendo su estela. Luego pasó algo muy trágico, Steve Jobs, el creador del iPod y el iPhone murió a causa de un cáncer. El mundo entero se conmocionó. Yo también, sentía un gran respeto por ese hombre, que si no era del todo cierto que inventó el smartphone, sí era cierto que le había dado un cambio de rumbo. Que pasaría ahora con el iPhone? Seguiría liderando en el mercado con su líder muerto? La respuesta ha sido la que todos nos temíamos: El iPhone se ha quedado atrás, aunque muchos adeptos aún lo nieguen. Ya no sólo hablo de número de ventas, que esto ya se veía a venir antes de la muerte de Steve Jobs, hablo de innovación tecnológica. El iPhone se estaba desfasando. Todas las pantallas de los smartphones iban creciendo excepto la del iPhone, que se quedaba en 3.5 pulgadas (el tamaño óptimo según Steve Jobs). Samsung empezó a liderar el mercado Android, con un modelo llamado Galaxy. Era un dispositivo realmente potente. En su 4a versión ya tenía una pantalla de 5 pulgadas mientras que el iPhone seguía con sus 3.5 (o las 4 pulgadas en su quinta versión). Hoy en día se habla de que Apple planea no hacerle más caso a su difunto creador e ir hacia las 5 o 6 pulgadas también con sus iPhones. La cosa estaba clara, Apple ya no era líder del mercado smartphone, lo era Android.

Nexus 4 (2012)
La línea de smartphones supervisados por Google, los Nexus ya había llegado a su 4a y 5a versión. De hecho a mi HTC Desire le llegó su hora y lo renové por un Nexus de la 4a versión: todo un gusto para los sentidos. El smartphone realmente se había convertido en "smart" quedando muy lejos de aquellos dispositivos que sólo te dejaban llamar por teléfono y jugar a la serpiente. Reconocían tu voz y entendían lo que decías. Podías pedirles que te buscaran una pizzeria o que te recordaran que tenías que hacer alguna cosa en algún momento. Te alertaban de si aquella mañana el tráfico para ir al trabajo era denso o no. Cosas impensables hacía menos de una década.

Pero después de todo esto, la gente sigue llamando a estos aparatos "móvil" y siguen diciendo cosas como: "yo no me gasto ni un duro por el móvil. A mí que me lo regale la operadora". En parte esto es culpa de las estrategias de venta de las operadoras que han subvencionado de forma encubierta los móviles desde los inicios de los tiempos. La gente no está dispuesta a pagar por el aparato que más usa durante todo el día. Se comprarían un navegador GPS de 200 euros, un reproductor MP3 de 100 euros, un ordenador portátil de 400 euros, una cámara de fotos de 250 euros sin ningún problema, pero por un smartphone que tenga incorporado todo esto y más, según ellos, no merece la pena gastar ni un duro, "a mí que me lo regalen".


Y aquí es dónde yo estallo. Por favor, yo me gasté 600 euros en mi primera PDA+móvil y fui muy feliz hasta que la perdí. Y ahora la gente no quiere soltar ni un céntimo en el aparato que ha cambiado sus vidas. Además, Google, ha hecho grandes esfuerzos para que un smartphone decente, como el Nexus, de alta gama, valga la mitad que un iPhone o Samsung Galaxy, y aún así me encuentro gente diciéndome que no lo quieren, que es demasiado caro y que no vale la pena pagar por tenerlo. Me gusta la gente y la raza humana (con sus pequeños defectos) pero ¿cómo puede la gente decir semejantes estupideces? ¿Por qué no piensa la gente? ¿Es culpa de esta sociedad consumista, que nos ha hecho perder los valores? Simplemente os pido que un día salgáis al campo sin nada y empecéis a pensar qué es lo primero que vais a usar cuando regreséis a la civilización y cuanto os habéis gastado por ello. Si os habéis gastado más dinero por otras cosas que usáis mucho menos, es que tenéis una crisis de valores. Espero que os sirva de algo mi historia.

lunes, 26 de agosto de 2013

El futuro de las máquinas

Tenemos muy arraigada la idea de que en un futuro el mundo estará repleto de máquinas y robots que como esclavos servirán a los humanos. Probablemente sea debido a las múltiples historias de ciencia-ficción que hemos consumido a través de películas, libros, cómics, etc, donde casi como un dogma, siempre se plantea un futuro así. Fijémonos en las películas de ciencia-ficción de hace unas décadas, aparecen futuristas naves espaciales cuyas salas de control parecen echas de tecnología soviética con grandes botones y palancas. Hoy en día, ni los coches utilizan tecnologías tan arcaicas, pero como sabían los productores cinematográficos que en dos décadas la tecnología cambiaría tanto? Ellos basaron su visión de futuro con la tecnología que les rodeaba en su época.

Es evidente que en un futuro fabricaremos robots y máquinas para servirnos, pero van ha estar fabricadas con chips electrónicos, tornillos, metales y plásticos? Probablemente no. Estarán echas de los materiales que dominemos en aquel momento, mucho más sofisticados. La pregunta es: podemos imaginar cuales serán estos materiales y que aspecto tendrán las máquinas del futuro? Si, de hecho vemos máquinas futuristas cada día, cada hora, cada minuto, simplemente hace falta mirarse al espejo. Las máquinas más eficientes, inteligentes y futuristas que existen somos los humanos y no sólo nosotros, todo el reino animal y vegetal tiene una complejidad superior a la máquina más sofisticada que hayamos podido crear hasta día de hoy. Y no solo esto, cada máquina de estas tiene codificada toda la información necesaria para hacer una copia de ella en cada una de las miles de células que la forman, estamos hablando del material genético o ADN. La evolución nos lleva siglos de ventaja en la ingeniería de máquinas. Porque no vamos a aprovechar la oportunidad de copiar algo que ya está echo y es claramente mejor?

En un futuro los humanos controlaremos la ingeniería genética y la producción de cualquier objeto pasará por diseñar el ADN que lo confecciona. Será como programar objetos, das la secuencia genética a un ordenador aprietas el botón y el objeto nace. Recipientes vivos que mediante su calor corporal van a calentar el liquido que contienen para ser ingerido por nosotros a la temperatura deseada, sillas con millones de articulaciones que se adaptan perfectamente a la forma de nuestra espalda y también nos proporcionan calor corporal, vehículos con inteligencia propia que nos van a llevar a nuestro destino de forma autónoma, y así, un sin fin de posibilidades. Pero lo más importante es que sus ciclo de vida se integraran perfectamente con el ciclo natural biológico de las cosas, pudiendo ser reciclados en su integritud para confeccionar  sucesores mucho más aptos.

viernes, 26 de julio de 2013

El arte digital

Algo que distingue el ser humano del resto de seres vivos es su capacidad de producir arte. El arte surge de la necesidad de los humanos de comunicar sus sentimientos y emociones entre ellos, y es inherente a algo que también les distingue, la cultura. En tiempos ancestrales el arte se manifestaba con pinturas rupestres dentro de las cuevas donde los humanos habitaban. Estas eran trazadas con sangre animal, arcilla u otros minerales. Su finalidad era invocar figuras religiosas para que les proporcionaran prosperidad a través de buena caza y fertilidad.

Con el paso del tiempo el arte se desvinculó parcialmente de este lado mágico o religioso y empezó a jugar un papel puramente de transmisión cultural. En cada obra artística existe una cantidad de información cultural albergada. El individuo creador de obras artísticas puede morir en un tiempo relativamente corto pero su obra persistirá a lo largo del tiempo, de forma que el contenido cultural se irá transmitiendo generación tras generación. Esto nos lleva a plantear que es más importante, el artista en sí o su obra artística? Claramente, será su obra la que tenga un sentido a largo plazo. Por lo tanto, podemos considerar los humanos como pequeños procesadores de información cuyo producto final son obras artísticas que todas ellas juntas constituyen una cultura persistente en el tiempo.

Actualmente, ya no vivimos en cuevas en las que pintar sus paredes para que otros individuos que la habiten puedan contemplar las obras. Ahora, nuestro soporte para la comunicación es un mundo digital e inmaterial: Internet. Es obvio pensar que poco a poco todo el arte se canalice a través de él, pues Internet brinda muchas ventajas respecto los soportes de información materiales como la capacidad de difusión a gran escala de forma instantánea. De la sangre animal y la arcilla se a pasado al teclado y el ratón, pero la finalidad sigue siendo la misma, transmitir cultura. 

miércoles, 27 de febrero de 2013

La teoría de la evolución Polsteiniana

Aunque ciertas comunidades aún la rechazan, la teoría de la evolución de las especies de Darwin es una teoría bien establecida entre la sociedad. Casi nadie duda que exista un vinculo histórico entre la evolución del hombre y el chimpancé. De echo, ambas especies son parientes lejanas de la musaraña que trascendió cuando los dinosaurios dejaron de reinar la Tierra.
Según esta teoría los atributos de cada especie son los que son porque los individuos con atributos diferentes eran menos aptos a su entorno y en consecuencia murieron antes de poder dejar descendencia. Cada especie ha ido evolucionando a base de ensayo y error. Las jirafas con cuellos cortos no pudieron llegar a las ramas más altas para alimentarse y murieron. Solo las especies más aptas pudieron transmitir sus genes más favorables para sobrevivir a su entorno. Es como si la naturaleza disparara una gran cantidad de balas contra una diana sin precisión alguna, pero debido a la gran estadística alguna de ellas impactara justo en el centro. Con tiempo y un gran numero de intentos se puede llegar a cualquier objetivo por muy inepto que se sea. Sin embargo, eso es una forma de avanzar muy ineficiente.
Por otro lado, la evolución Darwiniana ha cruzado una frontera crucial, la producción de individuos inteligentes; los humanos. Los humanos somos los primeros seres capaces de entender por qué somos como somos y como hemos llegado hasta aquí. Es más, podemos burlar la evolución Darwiniana a nuestro antojo. Por ejemplo, creéis que hay alguna especie cuyos individuos con defectos en la vista, oído u otras discapacidades, tenga igualdad de oportunidades que sus compañeros sanos? Con ayuda de unas gafas, audífonos u otros tratamientos somos capaces de neutralizar estas flaquezas. La evolución Darwiniana ya no es aplicable a los humanos. Somos capaces incluso de modificar a nuestra voluntad las características de ciertas especies. Con la modificación genética, podemos conseguir una variación de ciertos arboles frutales que den frutas mas grandes, dulces y sabrosas.
Llegará un día en el que nos modificaremos genéticamente nosotros mismos para ser más inteligentes y fuertes. Habremos evolucionado, sí, pero a nuestra merced, con el objetivo claro de mejorar nuestra especie: esto es lo que se llama la evolución Polsteiniana.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

El universo holográfico de Polstein


Qué es la humanidad para el universo? Por qué estamos aquí? Realmente somos necesarios en el gran diseño? Uno podría pensar que somos el ente más complejo jamás formado. A medida que el universo ha ido evolucionando, estructuras cada vez más complejas han ido apareciendo. Tal es así que parece que se ha llegado a un punto que el propio universo se contempla a si mismo a través de la consciencia de los seres inteligentes que habitan en él. Es como si el contenido del universo se auto-replicara en el interior de nuestras mentes y por lo tanto, en el interior de él mismo.

Desde el punto de vista de la teoría de la información, el universo es un gran computador que continuamente procesa información. Parece que des de nuestra aparición esta información se está duplicando y procesando en un soporte distinto: nuestras mentes. En otras palabras, en nuestra mente hay una representación del universo (aún no exacta) que además es atemporal. Nuestra memoria permite acceder a distintos tiempos pasados en cualquier momento, somos como una máquina del tiempo. Además con el avance tecnológico esto ha ido un paso más allá. Las fotografías y vídeos digitales, la computación, Internet, etc, se presentan como una mejora substancial de nuestras capacidades ancestrales como el pensamiento, la memoria o la comunicación. De modo que nuestra conciencia temporal se ha visto mejorada. Podemos saber el color de la camisa que llevábamos un día cualquiera en el que nos tomamos una foto con los amigos en un bar. 

Si se lleva esto al extremo, hablar de pasado ya no tiene sentido, pues la historia del universo se va imprimiendo acumulativamente en cada instante del presente. Es como si, en cada instante del tiempo pudiéramos recuperar todo lo que ha pasado hasta ahora. Parece que se esté creando un holograma tridimensional del pasado de un universo de 4 dimensiones, esto es lo que se entiende por el "Universo Holográfico" de Polstein.  

domingo, 28 de octubre de 2012

No al "Porsiaquismo"

El "Porsiaquismo" es una tendencia de pensamiento de muchos consumistas. Según esta forma de pensar existen dos tipos de bienes de consumo: los necesarios, que son un número reducido, y los de "por si acaso" (también conocidos como "porsiacas"), que son la inmensa mayoría. Por ejemplo, unas botas de montaña pueden ser imprescindibles para un montañista, pero prescindibles o innecesarios para alguien que sólo ha ido a la montaña una vez en su vida. El porsiquista considerará necesario conservar tales botas por si acaso algún día decide volver a la montaña. Es más, hay consumidores que directamente, aún sin haber pisado en su vida la montaña, ni con planes de hacerlo, comprarían unas botas por si a caso algún día las necesitan.

Echad un vistazo en vuestras casas en busca de porsiacas: colonias que os han regalado y nunca os pondréis,  joyas,  ropa, vestidos y trajes de boda, juegos de mesa o videoconsola, libros, herramientas, adornos, utensilios de cocina, etc. Utilizamos una parte muy pequeña de todo lo que tenemos, por qué guardar el resto en casa? No es mejor ir a un centro comercial y comprarlo cuando realmente lo necesitas, y una vez utilizado venderlo o regalarlo. También se puede pedir prestado a alguien que disponga de uno.

Os animo a evitar el porsiaquismo, deshaceos de todo aquello que creáis que es un porsiaca y os juro que sentiréis liberación.

domingo, 21 de octubre de 2012

La profecía

1. La moneda en metálico dejará de existir siendo sustituida por el pago con smartphone. Ya no existirán los cajeros automáticos (antes del 2020)
2. Android se extenderá a nivel domótico (antes del 2025)
3. La televisión por antena dejará de existir siendo sustituida por la basada en internet (antes del 2020)
4. Se nos introducirá un chip intracutaneo que permitirá a los médicos trackear nuestras constantes vitales y niveles, probablemente podremos ver estos valores a través de nuestro smartphone (antes del 2030)
5. El transporte por combustible fósil será sustituido por el eléctrico (antes del 2020)
6. El coche con piloto automático (antes del 2030)
7. Uso de materiales 100% renovables para la fabricación de todos los bienes de consumo (antes del 2075)
8. La telefonía fija dejará de existir siendo sustituido por la móvil (antes del 2017)
9. El papel como soporte de información dejará de existir siendo reemplazado por el soporte digital (antes del 2025)
10. Las señales de tráfico, carteles publicitarios, letreros de los locales, etc. dejaran de existir siendo reemplazados por realidad aumentada (antes del 2075). 
11. Los bloques de pisos pasarán a ser modulares. Cada piso será una casa contenedor que se ajustará perfectamente a una celda vacía del bloque. Cambiar de piso será simplemente sacar tu contenedor y transportarlo a un nuevo bloque. Bloque y pisos en realidad serán cosas separadas (antes del 2100)
12. Todo el mundo llevará dos dispositivos encima, una tableta de unas 7 pulgadas aprox. y un reloj inteligente. (antes del 2017)